Educación superior
Educación superior
Mientras que el 40% de la juventud a nivel mundial accede a estudios universitarios, en el caso de la población refugiada esa tasa se reduce al 6%. Al poder iniciar o continuar su trayectoria educativa, los refugiados desarrollan sus capacidades, aportan talento y nuevas perspectivas a quienes les rodean, lo que repercute positivamente en sus vidas y las de sus familias. Además, el desarrollo educativo y formativo les capacita para participar mejor en la reconstrucción de sus propios países cuando las condiciones les permitan regresar de forma segura y digna.
Pese a que muchas universidades e instituciones educativas en España han desarrollado buenas prácticas para facilitar la inclusión de las personas refugiadas, la educación superior es una de las áreas en las que expertos y las propias personas refugiadas detectan una brecha mayor.
Es necesario seguir avanzando en facilitar aspectos como los trámites y requisitos de acceso a la educación superior, el reconocimiento de estudios previos, los exámenes de idiomas, la convalidación y homologación de títulos, así como la información específica para el alumnado refugiado.
Asimismo, ampliar las becas y ayudas permitiría a los jóvenes estudiantes iniciar o continuar con los estudios que interrumpieron al verse forzados a huir de la guerra, la violencia o la persecución, también sería posible a través de la concesión de visados de estudios para estudiantes refugiados en países donde no pueden acceder a educación superior.
El Foro España con los Refugiados anima a universidades y otras instituciones educativas, así como a entidades privadas a entidades privadas a registrar sus compromisos en favor de la educación de los jóvenes refugiados.